Idiomas

martes, 15 de enero de 2013

Tu historia, mi historia.

Los tiempos tallan la historia en la forma y medida en la que deseamos recordarla en el futuro, cuando se acaban las alegrías o cuando se agotan nuestras esperanzas en medio de complejos estilos de vida, cuando a veces los momentos nos hacen vulnerables a nuestros esfuerzos ignorados, comprendemos que siempre las penas de algunos serán alegrías de otros, el quebranto y la impotencia de unos son el aliciente y el jolgorio de otros, es inevitable ver llorar a un niño en algún momento y que toda esa escena no nos rompa el alma o nos estruje el corazón de piedad. Cómo hacer para pasar ese momento sin sentir los devastes y la injusticia, como explicar cuando los argumentos se convierten inexplicables, cuando por veces  nos mordemos los labios porque es lo único que se puede hacer para evitar una catástrofe mayor.

Triste ser aquel que rebalsa el cántaro con la gota de sus acciones y sin merecimientos de culpa ha de pagar, el precio que otros debieron pagar, nunca se busca herir pero siempre alguien terminará herido, en medio de una contienda, las intenciones en todo campo, son el saludo en silencio al que no ve, es la voz de quien grita esperando lo escuchen una multitud que ha perdido el sentido del oír, es como fuente de agua salada que ni es buena para beber, ni es buena para hacer germinar vida .

Cuando nos golpean donde más duele, nos llenan el alma de quebranto, nos obligan a buscarle una razón para no sentirnos tan mal, nos llenamos de mediocridades, creyendo en falsas aclaraciones que de seguro ni un niño en cierne los cree.

Me invento que todo el entorno esté acorde a mis expectativas, me invento que el mundo siempre estará a mis pies y seré yo quien domina a su manera, sin premios, sin glorias, sin esperar merecimientos de elogios, con mis vacíos a lastre igual os ha de manejarlo, los días pasan con mañanas tristes y tardes tenues pero igual tristes, llega la oscura noche con la promesa que ya se acerca otra mañana que tal vez será diferente que ahora, queda esperar esa mañana, toca burlar las angustias con  esperanzas efímeras pero al fin con algo se hace más llevadero el momento.

En toda esta reflexión, viene a mi mente el convencimiento de que la razón no es más que la respuesta a la ignorancia de los sentimientos no correspondidos, para nuestro pesar, nuestros sentimientos no solo  afloran cuando nos enamoramos o cuando nos atraen el sexo opuesto, de un todo que representa nuestra vida en sí, nuestros sentimientos abarcan un 95% de todos ellos, todo lo que hacemos o dejamos de hacer será movido por uno de ellos, ya que es nuestra parte afectiva o emotiva, por oposición a la razón o el intelecto.

Quiero que comprendas que siempre será mejor inventarse un mecanismo de defensa para tus sentimientos que para tus convicciones, tus convicciones son un conjunto de razonamientos dejados por el correr del tiempo, son las huellas de las experiencias de un pasado, en cambio el sentimiento es opuesto a toda razón y es delicado como pétalos de rosas al viento.

Nuestra historia envuelve todo lo que en el correr del tiempo hemos segado,  la absorbe a tal punto que en el futuro hasta a veces se convierten en parte de nuestras conductas y establecemos estilos de vida marcados por actitudes negativas o cargados con sentimientos de culpas que a la larga no hacen más que dejarnos daños colaterales.

Os recomiendo estar siempre atentos sin perder de vista a aquellos que sabemos por intuición no son convenientes para nuestra integridad, siempre el mal estará al acecho del bien,  si basta comprender que hasta la gravedad siempre hala hacia abajo, es una ley natural al cual nadie puede cambiar, es así el mal, está buscando el descuido mínimo para hacer de lo lindo un desastre ecuménico o para cambiar el rumbo correcto en uno de pantanos fangosos.

Hace algún tiempo atrás comentaba con un viejo amigo, sobre el poder de adaptabilidad del ser humano, y los distintos rumbos que toman cada vida después de cierto tiempo,  discutíamos sobre la ductilidad de la naturaleza humana y su entorno, el porqué de tanta diferencias de sociedades que en resumen no eran más que un “montón” de seres humanos en una geografía tan pequeña, el porqué de las “pegadas” de suerte de algunos sin merecerlo, o al mismo tiempo el sacrificio no reconocido al contrario vituperado con escarnios. Hasta ese entonces yo sostenía la idea de que nuestra historia es el camino de una vida pre-destinada, es decir, donde nacemos con un fin y un propósito, y mientras no llegamos a ese objetivo no nos vamos de este mundo, tenía muchos argumentos que me habían sucedido, como para demostrar que tenía razón al decir eso, venia de un lugar muy alejado del lugar en donde nos encontrábamos, jamás en  mi vida de infancia había imaginado conocer personas que en ese entonces conocía, veía a personas extrañas como parte de mi familia y compartíamos con ellos momentos muy agradables, que hasta con mis propios hermanos habíamos vivido, no porque tenía alguna diferencia de afectos con mis hermanos al contrario, considero que mi infancia junto a ellos y mis padres han sido los más bellos y gratos que Dios permitió que los viviera, pero era diferente todo lo que vivía en esos momentos, nunca había soñado o había imaginado estar ahí, de seguro que no habría encontrado forma a mi imaginación  si de niño hubiese soñado, por último nunca había dibujado en mi mente el rostro perfecto de una niña ya hecha mujer que me gustaba en esos tiempos, los mínimos detalles de mi diario andar no eran algo que los había planeado, simplemente era como si mis pasos me hubiesen  conducido por un camino ya  señalado y me encontraba ahí. Este amigo solo asentía con la cabeza de todo lo que decía, en verdad tenía sentido todos mis argumentos.

Mis caminos siempre han estado ceñidos por quehaceres de amigos o terceros influenciados hacia el bien, la lealtad a las promesas siempre eran como piedras preciosas que poco a poco las habían formado hasta convertirlos en atractivos mensajes de bien.

Los tiempos pasaron y el correr de los días se hicieron más claros, me separé del grupo de personas con los que reflexionábamos los sábados por la tarde o a veces los domingos, comencé a hacer las cosas por necesidad que por puras pasiones, empecé a cuestionar el porqué de las diferencias sociales con más criterio, comencé a encontrarle igualdad entre el deseo y el sueño, y comprendí que el querer debía estar ligado al hacer, que lo que nos lleva al éxito no son la cantidad de posibilidades que tenemos por hacer, sino las decisiones correctas que debemos tomar cuantas veces estas sean necesarias y seguir con perseverancia hasta el final.

Nada llega si no salimos a buscarla, nada se aprende si nunca leímos, nada queda de nosotros si eso no lo plasmamos entre líneas.

Solo que algunas veces somos tan miserables con nosotros mismos y preferimos mirar al costado o al frente y buscamos la forma de imitar o seguir las historias de los demás, son absurdos todos ellos, nunca haremos lo que el vecino, el amigo, el ídolo de cine de música o lo que fuera, ha hecho  con su vida, imitarlo es aborrecer nuestra existencia, es negar los legados que tenemos, es negar nuestra identidad que son la razón de nuestro viaje por este mundo, simplemente porque no somos ellos y nunca lo seremos, no nos parecemos en nada y esa es la explicación a tanto fanatismo, seamos genuinos por convicción con nuestra historia, seamos el protagonista de nuestra propia película, no el amigo, no el equipo de fútbol al que decimos “hinchar”, no el novio, la novia por los que daríamos la vida, o nuestros padres, el control de nuestras vidas pende de un hilo de gracia del excelentísimo y excelso creador, quien nos da la inteligencia a todos por igual, solo que algunos aun creemos en estilos de vida sedentarios, guiados por el instinto, y seguimos pisadas de gente que muchas veces caminaron en caminos del mal.

Los tiempos han pasado mucho, mis consideraciones de este momento no serán los mejores que existan, pero de lejos será lo que a simple vista puedes encontrar un razonamiento sobre la existencia de cada cosa, con todas mis fuerzas procuro hacer el bien,  deseando no llegar al cansancio para haceros entender que nuestras historias son el dibujo trazado con un poco de pintura y pincel, démosle vida a lo que nos queda por vivir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario