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sábado, 1 de agosto de 2015

OTRA HISTORIA PARALELA DE LA VIDA

Desde muy pequeño, viví rodeado de una ingeniosidad muy particular, siempre fue contagiosa, adictiva y me embargaba tanto que a veces perdía la noción en el tiempo. Recuerdo las veces en las que mi maestra de aula nos convocaba para contarnos una  anécdota; algún viejo cuento o a veces nos permitía compartir con todo el salón nuestras propias historias, alguna leyenda que venían de casa o simplemente salíamos al campo a jugar con lo que encontrábamos por allí.

Realmente, sentíamos una sensación de quietud y alivio a esas pequeñas pausas de media clase. En cada línea de cada historieta, me imaginaba la situación, y eran esos momentos indescriptibles que llenaban de silencio todo el salón. Nuestras imaginaciones, se perdían dejándonos a todos en un profundo respiro de aire caliente; como en una sesión de yoga. No sé, hasta ahora si esto es así con todos los niños; pero mi grupo era una cosa sacado de película. Si bien, a veces nos peleábamos por alguna u otra bochinchera, pero no pasaba de ser solo un sobresalto y siempre estábamos unidos a esa familiaridad que nos unía.

Algunas veces, mi maestra de clases nos permitía compartir algún cuento con todo el salón y esa, era la mejor parte para mí. Era la oportunidad brillando de mi lado, mientras contaba con apasionamiento la historia que papá o mamá en mis largas noches de infancia, nos había contado junto a mis hermanos. Si olvidaba algún fragmento, yo mismo le añadía otra historia y era grande esa pasión que si era necesario mezclar dos idiomas los hacía sin ruborizarme. A Dios gracias tengo la suerte de conocer el idioma quechua (idioma nativo del antiguo Perú) y las historietas fragmentadas en ese idioma tienen una particularidad en su tonalidad y el gusto de escucharlo.

Pasó el tiempo, mucho tiempo y ahora trato de retroceder el sendero en mi pensamiento y recorrer por la calles de mi memoria; tratando de recordar cada detalle y cada situación. Perderme en esa imaginación y volver a vivir mi sueño de niño que hace mucho se fue. Sé de algunos viejos amigos que ahora son adultos. Muchos llegaron lejos, sí, muy lejos que hasta emigraron fuera del país, otros no tanto y de algunos pocos, no sé como les va. Es difícil explicar cuando el tiempo corre y apremia la memoria, que a veces tan sutilmente olvidamos los pequeños detalles de esa maravillosa infancia. 

Ahora, soy casado, he aprendido mucho y a la vez tan poco. Tan vasto es este camino de la vida que así como comencé, ahora voy a medio camino o quien sabe si acercándome a la cúspide. Sé tanto de pocas cosas y  muy poco de muchas otras, a los once años leí libros para ser un papá excelente, aprendí pedagogía. Un día tendré niños espectaculares, y no todos choretos como yo, con ganas de matarme desde los quince años. 
Espero, tener niños así, sanos emocionalmente. Leí pedagogía, psicología, me leí el acto matrimonial; es lindo, léanselo ustedes. Como hacer el amor, como mantener la mente ocupada, tácticas para vivir feliz, entre otros y es cristiano, y no es mundano por si acaso; "para el cochino todo le es cochino", hay que aclararle.

Y así, me leí varios libros, de como tener una familia maravillosa. Preparándome para llegar a ese momento del matrimonio, esperando a mi esposa muriéndose de amor por mí. Es verdad, todo hay que trabajarlo amigos. De plano, algunos se casan y dejan a sus mujeres hasta que les crezca el pelo en las patas, no puede ser !!. Los hombres se casan y dicen las mujeres: "Mi marido cambió, no era así, como cambio Juancho, antes me abría la puerta y ahora me da un portazo, antes me daba un beso en la boca y ahora me da en la frente, antes me decía:  "Hermosa"- y ahora me dice: "Estas vieja y gorda" - ¿como cambió?-  

Y yo les respondo, NO CAMBIO!!, siempre fue desgraciado, bueno pues, sin gracia. Sino les gusta desgraciado, sin gracia. Yo digo siempre fue desgraciado, el problema es que estaba él en la época del marketing, ¿sabe lo que es el marketing?. Todo funciona, usted nunca se ha llevado los chascos que yo me llevo comprando todo lo que la televisión dice; eso que dicen: "Compre ya, compré ya, esta oferta es nada más para televisión, los primeros veinte que llaman se llevan...". y uno se lo cree.

... Y es así. Todo tiene su momento y su espacio, se acaba la infancia, se acaban los años maravillosos del colegio, la universidad, la época del marketing. Se acaba la riqueza, la pobreza también; todo nos es prestado y administrémoslo bien, a fin de no quedarnos endeudados. No os olvidéis, que las circunstancias migran, las maldiciones migran y hacen mucho daño. Si usted siembra engaño, recibirá el doble de engaño. Si siembra deudas que no paga, está guardando miseria para su futuro. Comience el mes, preguntándole a Dios cual es el don que le dio y sigue sin vacilar. No termine tan pronto su época de buenas acciones, lo repetimos a cada momento: "La vida es una sola y hay que vivirla", "para que sirven las penas", "no vale la pena"," yo soy así y así moriré".
Colocamos frases de otros, que ni siquiera después los memorizamos o aplicamos en nuestra vida diaria. Pensamos en grande, pero no hacemos nada para llegar a ser grande. Ahorramos tanto, y de mirar tanto dinero no sabemos que hacer con él.
Todo este momento, me recuerda el tiempo que pasó y a veces parecen que fueron ayer. Pero a veces, parecen que nunca hubiesen existido. Hace una semana atrás, viajé aprovechando el feriado largo por fiestas patrias en mi nación, a ese pequeño pedazo del cielo situado en el limite de lima y Huánuco.
Las cumbres y los horizontes siguen siendo iguales como hace 15 o 16 años atrás. Los niños que fueron ahora son jóvenes, los que eran jóvenes, ahora son adultos. Y aquellos adultos, serios de mi infancia, los vi cada vez más longevos, con arrugas del tiempo que esta vida los ha marcado. Otros, ya no están porque partieron a la otra dimensión, pero las costumbres y los hábitos de la población siguen intactos.

He llegado hasta este punto y veo que la vida es como es, y es como fue antes. Nadie tenemos ni siquiera cincuenta mil días (50,000) de oportunidad en toda nuestra vida para poder hacer tanto o poco por este mundo. Nadie tenemos el tiempo suficiente para investigar todo lo que la humanidad a descubierto. Nadie,  es más ni menos que los demás y que simplemente es un error sentirse un paso adelante o un paso atrás que los demás.
Las ruedas de la vida, nunca están quietas; los que están arriba, bajan y los que están abajo, suben. 
Las historietas de mi infancia, existieron porque alguien en ese momento se tomó el trabajo en serio y permitió que yo las oyera, y así, viva esa burbuja de felicidad temporal. Ahora, esa rueda me tocó, hacer lo mismo o hacer mucho mejor con otros aquellos que sueñan en esa línea. Todos sabemos, que el atractivo paradójico de estos tiempos, son las peleas y las intolerancias. Todos sabemos, cuanto vale un día, un mes, una semana o una década pero igual vivimos odiando, vivimos maldiciendo, escondiendo una mano y con la otra arremetiendo, creyéndonos ser el más vivo y el más inteligente.

Nuestra ignorancia, es tan atrevida que de puro coraje subestimamos a quienes se ponen en frente y quieren hacer bien las cosas. Si todos comprendiéramos y aplicáramos los pequeños y buenos hábitos, esos 25,000 o 30,000 días serían una historia de verdadero éxito. 

EL BIEN QUE HACEMOS AHORA, SERÁ EL CIMIENTO DE MAÑANA.

Ciro O.