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martes, 31 de diciembre de 2013

EL VALOR DE LOS SUEÑOS




Los sueños hay que tejerlos con moldes gruesos para que estos resistan hasta cuando los tengamos enfrente de nuestras realidades: Tangibles y plausibles.

No existe segunda oportunidad para soñar un mismo sueño sin haber cambiado el primero y no perder algo en ese trance. En todo momento debemos tener presente dos factores que determinan el curso de nuestras vidas: Las que marcan el antes y el después de cada sueño. ¿Estamos preparados para ese gran momento que está por llegar? ¿O aun ni empezamos a proyectar los lúmenes de nuestros sueños?.

Cuando nace un sueño nace también un boceto ligado al mismo, esa historia proyectada por adelantado, es perfecta y sin errores que se perfila mezclado entre la aventura y dibujándose con un fino pincel sin lugar ni siquiera para ser cuestionado con algún margen de inexactitud. Es un camino simple pero perfecto y aparentemente muy fácil de alcanzar sin que los miedos nos acobarden. Y por cierto… que hay de los miedos que por naturaleza sentimos?, los miedos  de ese momento son solo imaginaciones que no tienen suficiente poder para detenernos por conseguir lo que buscamos; solo  bastará de esa alta dosis de voluntad y perseverancia, así claudicáramos en cada una de esas coordenadas pero  siempre terminarán empujándonos hacia adelante y nos harán llegar a la cima. 

Sin embargo como todo en la vida, hay caminos en nuestra historia  que comienzan a tejer los puntos altos y bajos, dándonos resultados inesperados o simplemente dejamos de empujar esa caja de pandora en contracorriente, convirtiéndose en desgracias inesperadas y claudicamos nuevamente cayendo en las garras de las circunstancias negativas que no hacen más que embarrarnos en el fango de la mediocridad.

Por siglos nuestras generaciones han vivido con miles de sueños sobre sus pensamientos, sin embargo, así como se iluminaron un día, también se disiparon como polvos al viento sin retorno. Existieron solo pocos de esos miles de millones que se mantuvieron incólumes y se aferraron a su convicción alcanzando a tocar el más alto de los honores, que es el de lograr un sueño esperado por largos años que hasta ahora nos maravillan y nos sirven de ejemplo.

Aprendamos a mirar de afuera hacia adentro y no a la inversa; porque siempre hemos vivido equivocados creyendo que miramos desde la perspectiva correcta mirando desde adentro hacia afuera. El mirar de adentro significa ver el sentido de las cosas desde nuestro punto de vista, el color y las formas de lo que a uno mismo nos parece y no necesariamente como es su naturaleza. Está claro que  en este tipo de perspectivas es muy difícil de encontrar nuestros errores y creemos todo el tiempo que el mundo gira solo en torno nuestro y cada cosa que nos sucede lo magnificamos como el más grande, lo más difícil, sin considerar que nuestros problemas por más grandes que parezcan, realmente no lo son.

Un sueño más que un milagro es el conjunto de pequeños momentos añadidos entre sí que miran sincronizados en una misma dirección, alimentados con la inteligencia y la sabiduría que a todos nos suple el que está arriba, ese que conoce el secreto más oculto y todo cuanto llevamos en nuestro subconsciente.

Recuerda en cada paso que des; nunca, nunca, nunca, nunca te des por vencido, aunque las fuerzas te abandonen los sueños que has concebido te traerán doble fuerzas mañana.  Feliz comienzo del final.
El Rey Salomón ha sido el hombre más rico en toda la historia de la humanidad, y él decía: "Quien trabaja más horas al día para intentar ganar más dinero, solo está malgastando su vida.
Pero aquel que dedica tiempo para soñar sobre la riqueza, tendrá una vida larga y de mucha abundancia". La posibilidad de realizar un sueño es lo que hace que la vida sea interesante.
 Ciro O.